miércoles, 14 de diciembre de 2011

El SIMCE en la Educación Física

Ministerio de Educación.
    ¿En qué consiste esta evaluación?
    Esta evaluación consiste en la medición de la aptitud física de los estudiantes, considerando cinco aspectos fundamentales: masa corporal, resistencia aeróbica, resistencia muscular, potencia muscular y flexibilidad.
    ¿Por qué se realizará esta evaluación?
    En el Marco Curricular vigente señala que es sistema escolar, en especial desde el subsector de Educación Física, debe educar a sus estudiantes en la adquisición de estilos de vida saludables. Uno de los comportamientos que se consideran favorables para la salud en la práctica adecuada y regular de actividad física.
    Es por ello que desde el subsector de Educación Física se promueve el desarrollo de programas de ejercicio físico que mejore la salud y calidad de vida de los estudiantes, y, en consecuencia, se requieren de evaluaciones que permitan determinar los avances logrados.
    Con los resultados de la evaluación, se conocerá el estado físico de los estudiantes de 8º básico y el porcentaje de ellos que se encuentra en un nivel considerado saludable. Del mismo modo, al efectuar periódicamente esta prueba, se podrá evaluar los progresos en esta materia
    ¿Cómo se medirá el estado físico de los estudiantes?
    El estado físico se medirá mediante las siguientes pruebas.
  1. Abdominales. Para medir la resistencia muscular, los estudiantes deberán realizar un abdominal corto cada 3 segundos, tantos como puedan a ese ritmo.
  2. Salto a pies juntos. Para medir la potencia muscular y fuerza, los estudiantes deberán dar un salto longitudinal partiendo de la posición de pie, piernas fletadas y pies juntos. En un solo impulso deberá lograr la mayor distancia
  3. Test de Navette. Caminado (al comienzo), trotando (durante la mayor parte del test) y corriendo (en la parte final del mismo), el estudiante se desplaza por su carril entre dos líneas paralelas ubicadas a 20 metros de distancias entre sí, al ritmo de un pulso sonoro que acelera progresivamente
  4. Test de flexión de tronco adelante (Wells y Dylon adaptado). Para medir la flexibilidad, los estudiantes realizaran una prueba de alcance, en la cual intentaran llegar lo más lejos posible con la mano. Se podrá realizar tres intentos, y se registran en centímetros.
  5. Índice de masa corporal. Para estimar el total de grasa en el cuerpo de los estudiantes, se utilizara el peso (en kilogramos) y la altura (en metros), para calcular el índice de masa corporal, en cual se obtiene dividiendo el peso por la altura al cuadrado”
 
   Este SIMCE para la educación física, ha sido discutido por unos y alabado por otros, así Mauricio Cresp, director de la carrera de Educación Física de la Universidad Católica de Temuco, sostuvo que está de acuerdo con la aplicación del SIMCE en educación física, si esto trae consigo la incorporación de más horas para la asignatura, así Cresp señalo que, “La incorporación de más horas es positiva, especialmente si se considera el sedentarismo y el desmejoramiento de las condiciones de vida de la población” (Diario Austral de Temuco, 2010).
    Rodrigo Ojeda, de la misma escuela, agregó que “hoy la globalización y la automatización hacen que las personas requieran cada vez menos de su cuerpo para desarrollar actividades y que en este contexto es buena cualquier actividad física inducida que se pueda desarrollar como práctica sistemática en los colegios”, los dichos de Ojeda, estarían justificando la utilización de herramientas de evaluación en el área de Educación Física, si esto lleva consigo además la incorporación de más horas para la práctica de actividad física en los establecientes educacionales. Pero coincidió en que “para que haya un efecto real debe haber un trabajo sistemático. Tal vez sería más eficiente poner las horas en lunes, miércoles y viernes", acotó Ojeda (Diario Austral de Temuco, 2010).
    El director de la Escuela de Educación Física de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Luis Espinoza, señalo que el SIMCE de Educación Física podría convertirse en una oportunidad de desarrollo para los niños y jóvenes de este país, pero también, señaló, que “podría transformarse en una amenaza para dichas pretensiones si el modelo que se pretende construir, se reduce sólo a las concepciones que favorecen la lógica del producto y sus resultados”. Según el experto, creer que la educación física de “calidad” se reduce a demostrar un estándar externo, ajeno a la singularidad cultural, histórica y personal podría llevar al desvío de las metas, “generando un instrumento técnico y manipulador del rendimiento físico para alcanzar resultados y productos visibles” (La Tercera, 2010). Además, Espinoza fue enfático en señalar que “el proceso sin un logro de aprendizaje alcanzado no genera motivación para nuevos desafíos, pero la ansiedad por alcanzar los resultados, enfatizando el producto sin considerar la riqueza formativa del proceso, es amiga de la frustración, el desencanto y la desmotivación” (La Tercera, 2010).
    Durante la infancia se van estableciendo los patrones de comportamiento que acompañaran al niño o niña durante toda su vida, alimentación, higiene, actividad física, y otros hábitos o malos hábitos tienen sus raíces en la infancia (Ortega 1991).
    Es por ello que las motivaciones y la búsqueda de la adherencia al ejercicio cobran una vital importancia para lograr crear buenos hábitos en torno a la salud de los individuos, por lo que la promoción de la actividad física en la etapa escolar resulta tan relevante, y el papel que ocupa la Educación Física, esencial.
    En torno a la discusión que se genera sobre la adherencia al ejercicio físico, Devís (2001), nos señala que las perspectivas de metas y logros se ha convertido en uno de los marcos teóricos predominantes en la fundamentación sobre la motivación en el deporte y la actividad física (Duda, 1992, 1993, 1996; Papaioannou, 1995; Tresure y Robert, 1995), por lo que resultaría un tema interesante de analizar para poder explicar la baja adherencia al ejercicio físico y deportivo que tiene nuestra población, y contrastarlas con las políticas en torno a este tema especialmente en el sistema escolar.
    Estos autores señalados anteriormente por Devís, señalan dos perspectivas de meta importantes que actúan en las actividades de logro: una implicación a la tarea y una implicación en el ego.
    Cuando las orientaciones están relacionadas a la tarea, las percepciones de competencia de los alumnos son autorreferenciadas, y las experiencias de dominio de las tareas, de esfuerzo y/o mejora personal producen un sentimiento de éxito (Devís 2001). Cuando se trabaja bajo esta orientación la motivación se encuentra intrínseca en el trabajo realizado. Investigaciones previas de Duda & Nicholls (2002), indican que una orientación a la tarea está relacionada con la idea de que los propósitos de la educación física son: favorecer una ética de trabajo en el alumnado y el deseo por el dominio de la actividad, fomentar su salud y su nivel de condición física y mejora de sus habilidades motoras, además de estar vinculado a la idea de que cualquier actividad tiene su fin en sí misma, de ahí que la orientación a las tareas se relacionen con una mayor diversión y un interés intrínseco en las actividades de logro (Thorkildsen & Nicholls, 1998).
    Es importante resaltar que si queremos fomentar estilos de vida activos en la población adulta, partiendo desde las bases, no solo escolar, sino extraescolar, debemos crear ambientes de clases propicios, facilitar las tareas y orientarnos hacia la consecución de los objetivos, fomentando la participación de los alumnos en todo el proceso, en un contexto democrático y de participación.
    Cuando las orientaciones de la clase de educación física está orientada hacia las perspectivas de ego, la competitividad, y el competir contra otros toma un papel relevante, las personas implicadas en el ego sienten que tienen éxito cuando demuestran ser mejores que los demás, pero solo tiene éxito a corto plazo, cuando la persona no tiene dudad sobre sus capacidades. En aquellos casos en lo que predomina la implicación en el ego y la persona cree que no podrá demostrar una capacidad superior, en más probable que se produzca cogniciones y conductas de logro negativas (por ejemplo una ejecución deteriorada, el abandono, la falta de interés, etc. (Onofre, 2004).

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